Por: Perro
Pocos momentos duelen más que aquellos en los que perdemos contacto físico con lo que queremos. La muerte es un estado de equilibrio con el universo, el instante a partir del cual regresamos a los elementos constitutivos de nuestro ser biológico y contribuimos a la entropía que nos rodea. Desde este breve espacio, al momento en que este 2009 agoniza, un agradecimiento por haber hecho diferentes nuestras vidas a todos aquellos que nos dejaron de acompañar…
Al ser parte de un cosmos no estático, nuestra materia se funde de nuevo con las sustancias estelares tarde o temprano y nuestros cuerpos vividos, las experiencias recorridas o aquellas que recordamos quienes seguimos en este plano, consistentemente pasan a formar parte de la materia prima para nuevas posibilidades.
Nada es para siempre en la tierra, sólo un poco aquí
Nezahualcoyotl, s. XV
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