Friday, February 02, 2018

Describa brevemente lo que pasó




Por: Perro

-I-

Pues nada, yo estaba así sin armar pedos ni nada, y que se acerca y pues que le pregunto que qué quería, y pues así sin aviso nomás me dejó ir un madrazo, sí, así bien plantado, pero pues no me iba a quedar así, y pues que me le dejo ir y pues ya, le puse sus chingadazos y pues ya me levanto, y que no se levanta, y llegaron sus cuates y pues yo me salí, ya quién sabe qué habrá pasado, yo creo que se lo llevaron al Seguro, no sé…


-II-

- ¡Ah! Y pues sí, así te digo, que el otro día me lo encontré en la calle.
- ¿A poco? Y ¿Qué te dijo?
-¡Ay! ¡Es un pendejo!
- Jajajaja ¿Por qué?
- Ay, pues nada, lo saludo y le pregunto que como está y así, y me dice: “Hace poco estaba pensando en ti” y yo así de…
- ¡Noooo! ¿Neta?
- ¡Sí! Pero no, espera, tons’ le digo “¿A poco? ¿Y eso?” y, ¿sabes qué me responde?
- ¿Qué?
- Ah, pues que sí, que porque se estaba bañando…


-III-

No, no sé. No sé qué pasó.


-IV-

Sujeto masculino, 88 años de edad. Antecedentes de diabetes reciente, tratamiento para la hipertensión interrumpido por el paciente y enfermedad coronaria detectada tardíamente. Paro cardiorespiratorio alrededor de las 19:15 hrs. La familia llamó a la ambulancia. Recibe primeros auxilios y lo reaniman. Llega al hospital nuevamente en paro; UCI 20:05. Reanimación en UCI por 18 minutos. Leve respuesta cardiaca. 20:45: Paciente estable. 21:19 cae nuevamente en paro. Reanimado a las 21:25. Fibrilación ventricular 23:49, se procedió a desfibrilación. Hora de la muerte: 00:36. Se trató de informar a la familia. No había nadie en casa. Nadie en la sala de espera. Dejaron cubiertos los gastos hospitalarios. Nadie reclamó el cuerpo.


-V-

Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada. Esto es un experimento literario. Aquí no pasó nada.



Aquí no pasó nada.


-VI-

Decíamos que sí. Decíamos que sí a todo. De pronto ya no. Envejeció. Envejecimos. Me hizo envejecer. ¿O es que acaso podía envejecer sin su ayuda? Todo empezó con el miedo. Miedo a gastar, miedo a caerse, miedo a morir, miedo a enfermar. Luego empeoró: miedo a defraudar a los demás, miedo a quedar fuera de su grupo de amigos, miedo a no tener. Cerca del final, eran miedos que me aterraban: miedo a no tener aceptación por su retraso tecnológico, miedo a no ser la persona divertida que la gente creía que era, miedo a mí. Creyó que yo era quien había perdido la cabeza. No había más remedio. Nos había condenado a morir juntos o perecer en la relación. Morimos. Creo.


-VII-

Ironía: gente que se queja de la lluvia porque se moja, o porque pierde el tiempo y no llega a trabajar para ganar dinero, para ahorrar, para ir a una playa a mojarse y perder el tiempo...


-VII ½-

Nunca lo esperó. Pero un día sucedió. Estaba totalmente fuera de su realidad. Esos accidentes son la clara definición de accidente. Mientras miraba alguna nota poco profunda en su computadora, llegó a su puerta. Apenas alcanzó a levantar la vista. Tomó su mano. No entendía qué pasaba, y no pudo entenderlo jamás. Salieron por la puerta hacia un patio que colindaba con una primaria. Le sudaban las manos. A los dos. En esa época del año no era difícil toparse con el uso de estos espacios para fiestas. Se escuchaban algunas canciones y algunas aberraciones. Con ese soundtrack de fondo, se miraron a los ojos. Ni siquiera con la mirada podían hablarse. Lo que había entre ellos sobrepasaba por mucho las charlas de pupilas. No podían decir ninguna palabra. No podían soltarse las manos. No sabían qué hacían ahí. Pero el hecho es que ya estaban ahí. Alea iacta est. Nadie podrá explicar jamás cómo puede haber tanta física y tan poca química en ese par. Tensión inimaginable y total desconexión. Otras historias de amor, o de sexo, o de cariño, o de la platónica práctica de no hacer, tienen un desenlace. Este par de idiotas no sabían cómo terminar la historia. Alea iacta est. Ni todo su historial de acercamientos y alejamientos con un posible coqueteo tácito en cada movimiento podía servir de marco de referencia para ese momento. Otra canción. Se mojaban los labios, como pistoleros que no se atreven a desenfundar sus armas. Medían a su contraparte. ¿Medían? Ni siquiera sabían que estaban ahí, al parecer. Seguían ahí. Jamás en la historia de la humanidad dos personas habían pasado tanto tiempo sin decir palabras. Había menos confusión en una redada. Había más calma en una guerra. No sabían cómo atacar. No sabían si atacar o no. No sabían si retirarse. Oh. No. Eso sí lo sabían. Alea iacta est. No hay cómo retirarse. No sentían sus corazones, pero éstos iban acelerando como un avión a punto de despegar. Sin alas, al parecer. Alea iacta est. Posiblemente podrían haberse quedado ahí hasta el final de los tiempos. Parecía que nunca habían jugado ese juego. Pero no era así. De tanto jugarlo, el regreso a las divisiones inferiores, a lo más básico, al tablero elemental, suponía un reto para el que tanta preparación les había dejado sin defensas. ¿A quién invocar para su ayuda? ¿Una cobra? ¿El ataque de un tiburón blanco? ¿La ráfaga del tigre? No. Esto parecía más una carrera de perezosos. Y ninguno iba ganando. Ni siquiera se atrevían a recorrer con la mirada algo más que sus ojos. Esos cuerpos que tantas veces habían deseado tocarse, besarse, fundirse, no sabían qué hacer ahora. En el momento decisivo. En el momento final. Alea iacta est. Y seguían sin moverse. La relatividad del tiempo se burlaba de ellos, y es que para los dos seres parados en ese agujero negro, en esa singularidad maldita del espacio/tiempo, todo giraba interminablemente. A una velocidad ofensiva. Pero para cualquier espectador ajeno a la escena, la inmovilidad de estos dos zopencos sería causa de risa, malestar y confusión absoluta. Entreabrió su boca. No sabía qué hacer con ella. Quería decir algo. Inhaló profundamente por nariz y boca. Nunca iba a volver a respirar. No como hasta ese momento. Entonces… Alea iacta est. Maremotos de mil océanos, todas las cobras y tigres y tiburones. Le ahogaron la respiración o la palabra o el beso que se asomaba tímidamente en la comisura de sus labios con otro beso. Ni siquiera supieron cómo pasó. La pasión se desbordaba, aniquilando de un golpe todo lo pasado hasta el momento. Si no sabían cómo empezarlo, infelices bastardos, menos sabrían qué hacer con ello. Sólo había pasión. Ni siquiera sabían del deseo, al que al parecer dejaron fuera de esa ecuación. ¿Amor? ¿Cariño? Pasión. ¿Necesidad, acaso?

Era de madrugada cuando por fin sofocaron el beso (en realidad, no sabremos cuánto duró pues nadie documentó el no presupuestado inicio). Música y palabras de borrachera se colaban por entre los huecos de los árboles del patio. Seguían tomados de las manos. Seguían pegadas las miradas. Decepción escurría de sus caras.


-VIII-

Frases asesinas:


Mi venganza será el día que me extrañes y yo ya no esté ahí. -L.A.-

Toda mi vida viví preocupado por algo que nunca pasó. -L.B.-

Aprovechen mi juventud, que no todo el tiempo estaré con esta vitalidad ni con estas ganas de seguir viva. -L.C.-

He who forgets will be destined to remember. -E.V.-

Ante la evidencia, no hay argumentos//Contra factum non valet argumentum.


-IX-

Las segundas oportunidades, las segundas veces, los segundos aires, son premio a la perseverancia de aquellos que sobrevivieron a los primeros fracasos, los primeros dolores, las primeras negativas. Se reservan para quienes les valió madre y apostaron contra la biología, contra la herencia, contra la estética, contra el arte, contra el gobierno, contra su historia, contra ti, contra mí y contra todos los linajes.


- X-

Siempre es el mismo sueño. Lástima que la reiteración del mismo no lo haga más real.

Algo pasa, siempre es algo. Ni modo que comience de la nada; nunca fui esa clase de persona que despierta pasiones por mera existencia. Accidentalmente, se acortan las distancias. Accidentalmente comienza todo. Las tardes a la orilla del río. Cervezas de madrugada. Domingos. Esa vez que viajamos a la islita donde había comida de mar fresca, y te asustaron las gaviotas que querían compartir el  buffet de mariscos. Ese beso. Y ese otro. El stress y cómo acostumbramos a combatirlo con arte; ese arte cada vez más abstracto de pintar sobre tu espalda desnuda, abstracciones resultado de volar contigo cada vez más y más alto. Construir memorias para más tarde, juntos. Festejos. Y tristezas. El funeral que por más que abrazaba tu cuerpo no conseguía pegar tu corazón roto. Había más dolor en mí por verte así que en el resto de la sala. Y la discusión con vino tinto sobre lo inmaterial de la materia viva, de la materia querida. Tu disgusto por la cátsup, y el mío por hablar en público. Cuántos desvelos por amor y cuántos por diferencias. Tu cabello en mi rostro, siempre. Me mantuviste siempre con los sentimientos a flor de piel, me hacías sentir tanto que me dolía la nariz de tantos olores de colores que tus palabras evocaban. Nos perdimos donde podíamos y debíamos perdernos, y así fue que nos terminamos de encontrar. El museo en que nos quedamos perplejos llorando frente al cuadro. 30 minutos… Siempre que recordábamos esas primeras semanas, el sólo recuerdo nos arrojaba a la alcoba. Transformamos lágrimas en sonrisas, sonrisas en promesas y promesas en recuerdos. No siempre, porque esto no es una novela rosa ni una película de ésas en las que la trama es tan predecible que difícilmente llegamos a compartir una o dos. Aeropuertos. Aquel concierto que por besarnos nos perdimos casi completo… El diagnóstico y el tratamiento que, en cuanto me tomaste de la mano, se hicieron nimios. Dos mundos tan distintos que a pesar de impactarse severamente una y otra y otra vez el uno contra el otro, jamás se destruyeron ni se hicieron uno solo, pues su danza los seducía más que cualquier fusión. Y al final de mis días, la tristeza de dejarte por saber que en verdad me ibas a extrañar. No por la ausencia, sino porque a esta historia se le había terminado la tinta.

Lástima que todo fue sólo un sueño.


-XI-

"A veces es muy difícil imaginar lo que uno es capaz de lograr por amor. Esta, señoras y señores, es la historia de un descubrimiento cuyo motor fue la única persona que me falta en esta sala esta noche. Porque por ella crecí hasta este día y este lugar, y a veces ni siquiera estando en la cumbre es suficiente, porque queremos complacer escalando montañas a quien busca navegar océanos".