Saturday, May 02, 2009

Terrorismo de estado


Por: Perro

Terrorismo.
1. m. Dominación por el terror.
2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror.

Estado.
5. m. Conjunto de los órganos de gobierno de un país soberano.
6. m. En el régimen federal, porción de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque estén sometidos en ciertos asuntos a las decisiones de un gobierno común.

Líder.
(Del ingl. leader, guía).
1. com. Persona a la que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora.


DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición

La situación actual que atraviesa el país es extraordinariamente compleja; ya parece un buen mole: tiene de todo un poco. Pero vayamos por partes, pues esta situación amerita el análisis a conciencia de los componentes enteros de los caminos que han desembocado en lo que se vive en México:

a) Existe, efectivamente, una epidemia de un virus de gripe, de la familia Orthomyxoviridae, cuyos efectos son bien conocidos desde hace muchos años, con una alta tasa de mutaciones. El virus se ha identificado como A/H1N1. ¿Qué significa esto? Los virus de la influenza se clasifican en tres tipos principales: A, B y C. Los tipos A y B presentan 8 segmentos de RNA de sentido negativo –es decir, no se puede leer directamente por la maquinaria celular, sino requiere de la previa transcripción de la información de la secuencia a su complementaria de acuerdo con el código genético-, mientras que el tipo C sólo presenta 7 segmentos de RNA en el mismo sentido. Este último ocasiona afecciones respiratorias en cerdos y humanos, si bien es raro en comparación con los tipos A y B. Lo que hace diferentes a los virus A y B es la virulencia y la variabilidad antigénica: es más virulento el tipo A porque es más variable. Mientras que el tipo A posee 16 variantes en el gen de la hemaglutinina y 9 en el de la neuraminidasa, el subtipo B sólo posee una variante para cada uno de estos genes, lo que lo hace menos variable y por tanto más fácilmente reconocible por el sistema inmune. De las más de 100 combinaciones posibles para los virus del tipo A, sólo 6 han sido clasificadas como patógenas exclusivas para Homo sapiens: H1N1, H1N2, H2N1, H2N2, H3N1 y H3N2. Es la variación en el gen HA la que determina la virulencia de los influenzavirus, principalmente cuando se introducen segmentos de virus que tradicionalmente atacan a otras especies (Gibbs et al, 2001). Por lo que el agente identificado en relación con la expansión epidemiológica es A/H1N1.

b) Desde hace años, el presupuesto del federal para la investigación de impacto –tanto a nivel básico como clínico- en nuestro país ha sido no sólo bajo, sino que cada vez se destinan menos recursos a este rubro.

c) A pesar de las declaraciones mal informadas del titular ilegítimo del ejecutivo federal, México sí cuenta con los recursos técnicos –equipos, material, instalaciones- y académicos para hacer frente al virus y su movimiento. Lo que no existe es el apoyo necesario para que esta riqueza sea explotada adecuadamente en pro de la población mexicana. Lo que es una auténtica burla es que el Instituto Nacional de Medicina Genómica –creado, repito, por decreto presidencial en el 2004, durante la tragicomedia foxista- no haya contribuido a la determinación de un solo caso, pues la medicina genómica es una de las instancias científicas que pueden involucrarse en el análisis de secuencias y la elaboración de métodos para la diagnosis pronta y certera de la enfermedad, lo que evitaría la confusión y el consecuente reporte con falsos positivos que después deba retractarse ante informes internacionales más precisos.

d) El régimen autoritario de este país ha sacado a México de la clasificación “Economía emergente” y la vemos hoy reptando por su supervivencia. El término “presidente del empleo” parece que oculta una realidad macabra: es el jerarca que emplea a México para sus intereses y los de una reducida piara. La carencia de sistemas autopoyéticos basados en el desarrollo tecnológico y por obligación, en la producción científica, nos ha relegado de la privilegiada posición de honor de cabeza latinoamericana al colero de tierra de nadie. Somos únicamente una maquiladora que consume frenéticamente cuanto ha producido sólo por una marca, no por una necesidad. Es escena común en el país la reventa, el comercio informal, la piratería ambulante, la pobreza, marginación, la delincuencia a varios niveles, el narcotráfico… situaciones que impactan negativamente en cualquier intento de crecimiento económico pero que florecen cuando la gente debe comer y no tiene otra forma de asegurarse el sustento.

e) La gente no tiene la educación suficiente como para entender qué es una contingencia. Vive, en su gran mayoría, idiotizada por las dos – ¿o acaso tres? ¿será cierto que Once TV modifica su programación para poder considerarse un instrumento más del estado y con ello alcanzar nivel nacional?- televisoras que dominan el mercado de los medios informativos, con un cóctel de narcóticos como el torneo de la mediocridad de fútbol, la barra de telenovelas refritas, series gringas vacías, puestas en escena mediáticas denominadas por los minimentales como noticieros y programas infantiles obscenos, de contenido nulo y animaciones ridículas; en el deprimente entorno colectivo la prensa ve desvanecida su labor informativa gracias a medios de entretenimiento morboso como La Prensa, El Gráfico, El Metro, que explotan la imagen de la muerte, tan común en esta nación, aderezada con ingeniosos títulos que describen de manera jocosa la situación que llevó a término –medio o bien cocido- al despampanante cadáver que exhibe en su portada. Sólo para terminar este inciso, comento que existen incluso puestos de periódicos, casas de techo de lámina o casas rodantes oxidadas que pueden ser la descripción perfecta de la marginación, pero para sorpresa poseen una antena parabólica de Sky

f) Hay, desde hace décadas, y como herencia de la mano priísta a la que se vio sometido el país durante el siglo pasado, una ausencia total de motivación e identidad, lo que ha generado la adopción de modelos gringos de tribus urbanas como darketos, emos, skatos y demás ideales que son el reflejo de una necesidad de pertenencia, fácilmente entendible en nuestro vecino del norte pero inexplicable en el contexto histórico y cultural tan rico que posee México. ¿la causa? Durante años, la persecución del indígena por su condición de indígena provocó un rechazo profundo a esta identidad, aunado a la idealización del modelo occidentalizado de estética corporal. Esto provocó sectorización de la población y división en estratos basados en el poder adquisitivo, el color de piel, el apellido de alcurnia y el acceso a la educación. ¿la consecuencia? Imbéciles de la talla de Federico Döring, Agustín Carstens, José Ángel Córdoba Villalobos, Vicente Fox Quesada y otras alimañas salidas de las entrañas ultraconservadoras pero a final de cuentas paridas en territorio nacional, que se empeñan en hundir más aún al pueblo en su ignorancia, en su tristeza, en su desesperanza.

g) El poder otorgado a unos cuantos en forma jerárquica genera cascadas de escurrimiento amorfo del mismo sobre aspirantes a un mínimo puesto que los empodere y les haga crecer elevadas alas con las que pretenden hacerse sentir sobre sus subalternos, que harán lo mismo hasta que el puesto les rinda. La generación de vicios inexpugnables tan arraigados como lo son los sindicatos sólo ha entorpecido el desarrollo o por lo menos la salvación de la sociedad mexicana: las decisiones colectivas las toma un grupo de líderes que manejan, por sobre las necesidades básicas de estos grupos, sus intereses para garantizar votos, marchas, paros, apoyo, huelgas, a cambio de posiciones políticas, dinero, permanencia en el poder. A la masa la han hecho estúpida, negando su valía individual, su fuerza como persona, su poder de decisión.

h) Las empresas farmacéuticas tienen el apoyo del ejecutivo federal para hacer con la salud de los mexicanos lo que se desee. Ya no se requiere que tengan una planta en México para garantizar la libertad de distribución, lo que permite esquivar las especificaciones mínimas de calidad que exigen la Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos (FEUM), la United States Pharmacopeia y la British Pharmacopeia, entre otras, lo que quiere decir que no se cumplirán, necesariamente, los estándares de calidad tales como uniformidad de dosis, límite de arsénico y metales pesados, tiempo de disolución y otros más que impactan directamente sobre la salud del consumidor. La Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) no exige que se cumplan cabalmente los requerimientos que se señalan en la FEUM y en la Ley Federal de Salud, siendo reconocido por muchos como uno de los organismos más corruptos con que cuenta el gobierno. De manera adicional a todo cuanto antecede, se aprueban leyes con poca discusión y que impactarán de manera negativa en el estado de salud de la población: se limita la salida de muestras de DNA o cualquier otra que contenga material genético del país y queda relegada la responsabilidad de autorizar o denegar el tránsito de estas muestras al Instituto Nacional de Medicina Genómica, que podrá aprovechar la necesidad de incorporar los protocolos para autorizar la salida del material genético, para servirse de ellos y hacer piratería académica. Esto se atenúa con la disminución de la probabilidad de que ocurra biopiratería, lo cual es positivo, pero en definitiva centralizar de esta manera la posibilidad de colaboraciones con el extranjero es una forma de asfixiar los intentos de hacer trabajos de calidad en territorio nacional, dado que no existen suficientes fondos para comprar reactivos y equipo en todos lados y por tanto se limitarán la cantidad y resolución de los estudios. De manera paralela, maniatar al científico mexicano supone el incremento de la fuga de cerebros a terrenos más fértiles.

Con el extenso panorama descrito, ahora nos avocamos a la problemática de la epidemia de A/H1N1. Es indudable que dicha epidemia existe, y no nos han mentido en torno a su peligrosidad, en particular porque la diseminación del agente es por vía aérea. El grave problema es la desinformación que se ha generado, las cifras infladas, los casos mal diagnosticados, y esto es utilizar el miedo como política de control, de sumisión de un pueblo inculto. Es la mayor ofensa que puede recibir una nación: que sus propios dirigentes lo consideren tan ignorante, tan poco crítico y consciente de la situación que puedan manipularlo con un par de escenarios montados.

La epidemia era una situación esperada de manera natural porque nuestra propia naturaleza, sociedad y cultura nos han predispuesto a ello; sin embargo, aprovecharon –no causaron, como muchos acéfalos afirman en mails escritos con apenas dos neuronas y una visión freak de la situación- la enfermedad para distraer la atención y soltaron diversas bombas en varios terrenos donde hasta una población taciturna como la nuestra podría haber levantado la voz –que, dicho sea de paso, de poco sirve en este rincón del mundo-.

No se trata de un levantamiento de la economía y la creación de un nuevo orden mundial que saque de apuros a un ya desahuciado capitalismo, pues la inyección de las cantidades de dinero de unas instancias a otras no son suficientes para tal cambio. No es que pretendan encubrir la devaluación del peso: ya está devaluado. No pretenden justificarlo con la inactividad económica parcial que se vivió en estos días, pues vivimos el desempleo y la inseguridad. Si alguien sale beneficiado de esta situación –a menos que sea puesto en evidencia- serán la industria farmacéutica y los supermercados a mediana escala por los rumores que un pueblo ignorante creyó como la biblia y las palabras de dios a través de su representante en el cuerno de la abundancia: el cardenal Norberto Rivera y su manada de pederastas fundamentalistas de la derecha más rígida del país. Pero el rescate no es, como se ha especulado, una ayuda económica descomunal, ni es el dinero que la gente ha dejado de percibir por inactividad ni el que destina a la compra desinformada y dominada por el pánico de medicamentos, cubrebocas, lentes, alcohol, guantes y demás instrumentos que si bien ayudan a controlar una epidemia de esta naturaleza no deben ser tomados como barrera absoluta. El rescate es al demacrado poder de la nación, el gobierno espurio, presidente indigno, que ahora disfrazado de bata blanca pretende pintarse como el salvador, el mesías de un pueblo, vanagloriarse de traer a México lo que en mucho tiempo ni siquiera se consideró y que resultó necesario para el monitoreo de la diseminación del agente infeccioso entre los pobladores: laboratorios, tecnología, CIENCIA. Risible, por demás, su actitud, tomando en cuenta su linaje predecesor: gente que ha especulado con la desaparición de la educación pública, con la privatización de uno de los pocos recintos académicos reales con que cuenta el país -porque Universidad sólo hay una-, una jauría que ha hecho burlonas contribuciones de menos del 1% del presupuesto anual a la investigación.

Aprovecharon la oportuna interrupción de actividades –pues es una medida adecuada ante un brote de esta naturaleza- para tomar decisiones que recuerdan a los párrafos más ácidos de 1984, de George Orwell, como la posibilidad legal de intervenir redes telefónicas, llamadas por celular, espiar e irrumpir en la intimidad del hogar con el fin de evitar el libre pensamiento, la libre palabra, la crítica, de los pocos que aún pueden preciarse de ese lujo. Se aprobó la llamada Ley del narcomenudeo que contempla la portación de drogas para consumo personal por la población general, algo que se podría considerar como una decisión madura de un gobierno que confía en la crítica de su pueblo, en su madurez como sociedad, pero que en realidad sólo sirve para embrutecer más a la intelectualmente empobrecida juventud y acrecentar la venta de estupefacientes en cantidades menores, seguramente producto de las propias organizaciones delictivas gubernamentales. Se establecieron los salarios máximos que se podrán imponer los servidores públicos, que a final de cuentas no entiendo en lo personal, pues si de por sí ganan lo que quieren con actividades ilícitas, ¿qué clase de descaro es ése de limitar su sueldo? Por último, pero no menos importante, se aprobó la enmienda a la Ley del Seguro Social en torno al out-sourcing –modalidad por la que se contrata a un individuo temporalmente, con lo que no genera antigüedad en la empresa-, que quedó a pedir de boca de los patrones de la clase empresarial del país.

Encima de todo el Instituto Federal Electoral hace comerciales, spots, estúpidos e insulsos a la mente y dignidad humanos. ¿Qué pasa por sus cabezas al decir que AHORA SÍ podemos votar y cambiar al mal gobierno? ¿Con qué cinismo declaran eso tras los hechos vergonzosos del 2006? O sea que en esta ocasión sí respetarán mi voto… ahora no habrá Hildebrando ni mentiras matemáticas ni urnas flotando en el canal de aguas negras, ni entrevistas canceladas con una risa burlona… ¿Creen que uno es pendejo? La respuesta es sí. ¿Qué hacer? Es hora de tomar nuevos caminos, rumbos que permitan crecer al país con su gente, tomar las armas que no están prohibidas, que no son detectadas en ningún lado: los libros, la crítica, la libre expresión, el amor a uno mismo y el deseo de que pueda caminar el ser amado sin miedo a ser apresado, torturado, violado, acusado injustamente, asaltado, desaparecido o, solicitando al lector el permiso de la frase, en el mejor de los casos, asesinado.


“Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.”

Salvador Allende, último discurso. Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973.

PD. Si van a escribir en defensa de un nivel de estudio, lo mínimo deseable es manejar la ortografía: “Asamblea General Politécnica el siguiente Jueves 30 de Abril a las 3 PM en la Escuela Superior de Economía del Casco de Santo Tomas (Saliendo del metro Normal). Es momento de la revelion y no dejar que el nivel de estudio de nuestro instituto sea pisoteado.” –Hallado al final de un correo electrónico de desinformación-.